Cuando decimos yo soy de Aries, o Géminis, o Cáncer, etc., refiriéndonos al día en el cual nos ha tocado nacer, estamos hablando del signo que nos dá el Sol en su movimiento anual, con su paso sobre los distintos signos zodiacales. Por supuesto, las características que nos dá nuestro signo solar es bastante similar para todas las personas que lo comparten, aunque muchas veces nos parece que no nos identificamos por completo con él. Incluso leyendo el horóscopo en un periódico, por ejemplo, no siempre concuerda al pié de la letra con nuestras vivencias personales. Esto sucede porque es una generalidad donde se comenta algo común al signo solar que compartimos. Para tener nuestro horóscopo completo y saber realmente nuestros pronósticos personales, debemos realizar nuestra Carta Natal. La Carta Natal es un mapa que nos muestra la posición que los astros tenían en el día y la hora de nuestro nacimiento. Muchas personas tienen en su Carta el resto de los planetas del sistema repartidos con mayor intensidad en otros signos del zodíaco con los cuales, por eso, se sienten más identificados. La Carta Natal es nuestra huella digital cósmica, y muestra nuestras características individuales.
A través de ella podemos aprender sobre nosotros mismos, conociendo nuestras virtudes y nuestras fallas, lo que nos permitirá realizar cualquier corrección, modificación u orientación hacia lo que más nos convenga.